¿De qué manera afecta el estrés a nuestro corazón?

Inicios de agosto es el periodo en que muchas personas vuelven de sus vacaciones y entran nuevamente al trabajo. Suele ser una época de estrés para las personas que vienen conectándose después de sus días de relajo. Por lo mismo, la psicóloga Claudia Badilla de Clínica Ciudad del mar, nos habla sobre cómo se puede ver afectado nuestro organismo frente al estrés, específicamente el corazón.

Agosto es el mes del corazón, instancia especial para que puedas informarte un poco más sobre las enfermedades cardiovasculares. Éstas son la primera causa de muerte en Chile y según el Minsal, se podrían disminuir las posibilidades de sufrir problemas cardiacos entre un 50 y 70% si se mejoran los hábitos de vida de las personas. Frente a esto, Claudia Badilla, psicóloga de Clínica Ciudad del Mar, explica que el estrés, patrón de conducta normal de activación ante la percepción de peligro cuando no es bien manejado, puede deteriorar nuestra vida y dañar nuestro corazón.

La respuesta de estrés, “produce de manera directa un aumento en la presión arterial, incremento de palpitaciones, del colesterol y de los triglicéridos en sangre”, afirma la psicóloga. Al mismo tiempo, la persona afectada por esta condición suele modificar su patrón de sueño, descuidar su dieta, aumentar el consumo de tabaco, bebidas energéticas, alcohol o automedicación lo que puede afectar indirectamente el sistema cardiaco”.

Recomendaciones y tratamiento

El Ministerio de Salud afirma que el 80% de las muertes prematuras por las enfermedades cardiovasculares, podrían evitarse cambiando nuestros hábitos de alimentación por una dieta más saludable, consumir frutas y verduras, disminuir las grasas saturadas, sodio y abandonar hábitos como el alcohol y el cigarrillo y realizar actividad física constante. Frente a esto, Badilla explica que para modificar hábitos es importante manejar la ansiedad y nos da algunos consejos:

  • Conjunto con lo anterior, se recomienda que la alimentación saludable vaya de la mano con el descanso nocturno y tiempos razonables de trabajo.
  • Priorizar el autocuidado centrado en el presente v/s la defensa ante anticipaciones catastróficas de futuros inciertos.
  • Dar espacio para el deporte y el humor; ya que ambas se relacionan con la secreción de endorfinas, que ayudan a estabilizar el ánimo, activar el sistema inmune, alivia la tensión muscular, favorecen la oxigenación y facilita el sueño.
  • Regular expectativas, proponerse metas realistas y posibles y evitar compararse y competir.
  • Utilizar los fines de semana para hacer algo distinto a la rutina diaria. No dejar trabajo extra para estos días de descanso y si lo hace darle otro encuadre.

Cuando el nivel de ansiedad aumenta o el estrés tiende a cronificarse, la Psicoterapia aparece como el tratamiento de elección. Esta es realizada por psicólogos clínicos con evidencias de buenos resultados del enfoque cognitivo conductual. “Estas Intervenciones incluyen la psicoeducación, observación del comportamiento, ensayos conductuales, desensibilización del miedo, estrategias de resolución de problemas entre otras y tienen como objetivo lograr cambios en la percepción de situaciones, en los pensamientos asociados, en el manejo emocional de manera de lograr un afrontamiento adaptativo”, explica Claudia Badilla.

El tratamiento puede requerir de intervención psicofarmacológica inicial para regular el nivel de ansiedad y restablecer el sueño y/o para regular el funcionamiento neuroquímico.

Ambas intervenciones funcionan mejor cuando son coordinadas entre especialistas.