Patologías del Hombro

Luxación de hombro

Es una lesión en la que el hombro se desarticula (salida del húmero con respecto al omóplato, escápula). Como el hombro es la articulación con mayor movilidad del cuerpo, es más inestable y propenso a luxarse.  

Tratamiento:

Si es la segunda vez que se luxa el hombro, lo más probable es que requiera operación, ya que el daño aumenta con cada luxación, al igual que las probabilidades de volver a luxarse y esto incrementa la complejidad de una eventual intervención quirúrgica. Por eso, es importante asistir inmediatamente a consulta con un traumatólogo especialista. 

Patología del manguito rotador

El manguito de los rotadores es un conjunto de músculos y tendones que rodean la articulación del hombro y le proporcionan estabilidad. Una lesión puede causar dolor en el hombro tanto en reposo como en movimiento, el que a menudo empeora durante la noche.

Las lesiones del manguito de los rotadores se producen generalmente de forma lenta y progresiva, por actividades y movimientos repetitivos del brazo, tanto en el trabajo como realizando deporte: pintores, carpinteros, personas que juegan tenis o golf, son algunos de los casos más propensos a desarrollar esta patología. El riesgo de sufrir este tipo de lesión también aumenta con la edad.

Tratamiento:

Muchos pacientes responden al tratamiento con ejercicios de fisioterapia que mejoran el balance y la fuerza de los músculos que rodean la articulación del hombro.

A veces, los desgarros del manguito de los rotadores pueden ser agudos o traumáticos. En estos casos, se debe consultar con un traumatólogo inmediatamente. Las roturas de mayor tamaño pueden requerir tratamiento quirúrgico, que puede ser desde una cirugía artroscópica reparativa, hasta una prótesis, si es que existe gran daño articular. 

Artrosis de hombro

La artrosis se produce cuando el cartílago protector que amortigua los extremos de los huesos de la articulación, se desgasta con el tiempo. En el caso del hombro, corresponde a la cabeza del húmero y a la glena.

Cuando la artrosis se produce por daño irreparable del cartílago sin existir deterioro de otras estructuras, se le denomina artrosis primaria, mientras que cuando el desgaste del cartílago se produce en forma secundaria a una rotura muy grande del mango rotador, se le denomina artrosis por déficit de mango. El tratamiento dependerá del tipo de artrosis que tenga el paciente. 

Los síntomas de la artrosis inicial o moderada, generalmente se pueden controlar, aunque el daño a las articulaciones es irreversible. Mantenerse activo con un buen rango de movilidad, más la aplicación de algunos tratamientos, puede retrasar el avance de la enfermedad y ayudar a mejorar el dolor y la función de las articulaciones.

Tratamiento:

Cuando la artrosis está muy avanzada, genera mucho dolor y limitación de la movilidad del hombro. En estos casos es necesario evaluar la necesidad de una prótesis. Esta será anatómica, en las artrosis primarias y reversa en los casos de déficit del mango rotador.

Luxación de articulación acromioclavicular

La luxación de la articulación acromioclavicular es una lesión traumática en la que se produce una rotura de las estructuras estabilizadoras de la articulación: los ligamentos acromioclaviculares, coracoclaviculares y de la cápsula. 

El extremo de la clavícula se ve elevado, respecto del acromion ocasionando una deformidad visible. Produce dolor e incapacidad funcional. Generalmente se produce en caídas sobre el hombro, como por ejemplo caídas en bicicleta.

Tratamiento:

La deformidad y el daño son variables, dependiendo de la gravedad de cada caso. En casos leves, donde hay poco daño de los ligamentos, el tratamiento es conservador, con inmovilización por algunas semanas y luego rehabilitación. Si la lesión de los ligamentos es severa, se puede llegar a requerir una reparación quirúrgica. 

El tratamiento actual de la luxación acromioclavicular permite una rápida recuperación del hombro para volver a la actividad habitual. En los casos de lesión desplazada, se aconseja la estabilización quirúrgica temprana, ya que retrasar el tratamiento más de dos semanas, obliga a pasar a otro tipo de cirugía más compleja, como la reconstrucción de los ligamentos.

Fractura de húmero proximal

Las fracturas de húmero proximal corresponden a la pérdida de continuidad ósea en la parte superior del húmero, hueso ubicado en el brazo y que en dicha zona, forma parte del hombro.

Este tipo de fracturas se produce generalmente por impactos de alta energía en pacientes jóvenes como accidentes de tránsito, caídas de altura y práctica deportiva. También se produce por impactos de baja energía en pacientes mayores, como consecuencia de caídas a nivel.

Entre las manifestaciones clínicas más frecuentes destacan el dolor, hinchazón e imposibilidad de movilizar el hombro y brazo afectado.

En los pacientes en que se sospecha esta lesión, se realizan radiografías inicialmente y se recomienda un scanner para definir de forma certera el tratamiento más efectivo.

Tratamiento:

El tratamiento de las fracturas de húmero proximal puede ser ortopédico o quirúrgico. Su elección depende principalmente del desplazamiento y número de fragmentos óseos, así como de la edad y el estado de salud general del paciente. En relación al tratamiento quirúrgico, se pueden utilizar tornillos y placas para estabilizar la fractura y en casos más complejos, puede ser necesario un reemplazo articular parcial o total.

Fractura de diáfisis humeral

Es aquella que afecta la parte media del húmero, hueso que se ubica en el brazo. Se produce generalmente por traumatismos directos sobre el brazo y en menor medida de forma indirecta, por transmisión de energía en contexto de caídas a nivel, con el brazo extendido.

Los síntomas de este tipo de lesión son dolor, aumento de volumen, deformidad,  acortamiento del brazo lesionado e imposibilidad de mover el hombro y el brazo de la extremidad afectada. 

La radiografía es clave para diagnosticar, siendo poco frecuente la necesidad de realizar scanner u otro tipo de exámenes complementarios.

Tratamiento:

Depende de la edad del paciente, capacidad funcional, estado de las partes blandas y tipo de fractura. Se puede optar por un tratamiento conservador mediante yeso u órtesis, o por un tratamiento quirúrgico, consistente en la reducción de la fractura y posterior colocación de material de osteosíntesis, para estabilizar. Una de las complicaciones frecuentes en esta fractura, es el compromiso del nervio radial.