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ActualizarGeneralmente, el cáncer colorrectal comienza con pólipos, que son crecimientos no cancerosos que pueden desarrollarse en la pared interna del colon y del recto (mucosa), a medida que las personas envejecen. Estos cambios suelen tardar años en desarrollarse.
Se considera que los pólipos son lesiones precancerosas ya que pueden convertirse en cáncer después de un largo periodo de tiempo. Por esta razón, cuando se encuentran pólipos en el intestino grueso, deben ser extirpados para evitar su transformación en cáncer.
Los pólipos se detectan mejor a través de una colonoscopia, donde pueden ser extirpados y enviados a un laboratorio para su examen (biopsia).
La extirpación de los pólipos se denomina polipectomía. La polipectomía reduce la incidencia de cáncer de colon y recto en un 75 a 90%.
Existen diversas formas de pólipos, los principales son:
· Pólipos adenomatosos o adenomas: son la gran mayoría de los pólipos detectados en las colonoscopías y pueden convertirse en cancerosos.
· Pólipos hiperplásicos: pueden desarrollarse en el colon o recto pero no se consideran precancerosos, es decir no tienen la capacidad de convertirse en cáncer.
Es importante recordar que NO todos los pólipos se transforman en cáncer, pero el 90% de los cáncer colorrectal comienzan como pólipos, es por eso que la detección y extirpación de pólipos es una estrategia clave para la prevención del cáncer colorrectal.