Alimentación para personas hipertensas

La Encuesta Nacional de Salud del año 2010 arrojó una preocupante cifra: el consumo promedio de sal en la población es de 12 grs. diarios, cifra elevadísima considerando que la recomendación que entrega la Organización Mundial de la Salud para una persona sana es no exceder los 5 grs. cada día

El consumo excesivo de sal genera entre otras cosas hipertensión, un importante factor de riesgo de enfermedades cardiovasculares. Se estima que en Chile, uno de cada tres adultos sufre de esta condición.

“Las personas hipertensas deben poner especial atención en tener una alimentación balanceada, lo más natural posible.  Es decir, evitar los alimentos procesados, ya que para su conservación utilizan derivados del sodio, lo que hace que comamos más sodio sin darnos cuenta”, señala la nutricionista de Clínica Ciudad del Mar, Daisy Ruiz.

En general, deben evitarse todos los alimentos embutidos, es decir, longanizas, vienesas, snacks como papas fritas, ramitas, maní salado, bebidas carbonatadas, además de alimentos que para su proceso utilicen salación como las carnes deshidratadas.

Además, se debe revisar el etiquetado de los alimentos envasados, especialmente su contenido de sodio, pues este componente es una parte de la sal. Cada gramo de sal tiene 400 mg de sodio aproximadamente, y lo que una persona debiese consumir al día no debe exceder los 2000 mg de sodio. En caso de una persona hipertensa, el consumo diario de sodio no debe superar los 800 mg. diarios, razón que hace aún más importante revisar esta información nutricional antes de consumir un alimento.

La especialista de Clínica Ciudad del Mar entrega las siguientes recomendaciones prácticas para disminuir el consumo de sodio:

  • Cocinar sin sal.
  • Retirar el salero de la mesa, ya que nos induce a consumir sal sin haber probado la preparación.
  • Recurrir a hierbas aromáticas y especias tanto  para cocinar como para sazonar las ensaladas (eneldo, romero, jengibre, pimienta,  albahaca, ajo, entre otros)
  • Aliñar las ensaladas con jugos de como naranja o mandarina, para reemplazar el sabor salado al que estamos acostumbrados, ya que no es una necesidad sino una costumbre la cual podemos cambiar.