Alrededor del 80% de los pacientes mayores de 55 años tiene diagnóstico de artrosis, una enfermedad crónica y progresiva que es más común en mujeres y se manifiesta con más frecuencia en las rodillas, provocando gran incapacidad al ser éstas articulaciones de carga.
Y no pasa inadvertida. Produce un intenso dolor articular, que aumenta con los años. “A medida que desaparece el cartílago, el hueso comienza a deformarse y aparecen nodulaciones óseas y atrofia muscular. Hay incapacidad para realizar los movimientos naturales de la articulación, lo que en casos extremos incluso puede causar invalidez”, indica el doctor Christian Godoy, traumatólogo de Clínica Ciudad del Mar.
Entre los factores predisponentes se encuentran la edad, obesidad, fracturas articulares, raza blanca, factores genéticos, debilidad muscular del cuádriceps y enfermedades que comprometen las articulaciones, como la artritis reumatoidea.
El especialista indica que esta enfermedad se produce por la pérdida de las propiedades mecánicas del cartílago, y que el control de la obesidad y el ejercicio constante sin carga de peso ayudan a que las articulaciones sigan moviéndose adecuadamente.
Como parte del tratamiento, también se utilizan fármacos antinflamatorios para las etapas agudas de dolor, y otros fármacos con propiedades modificadoras de la enfermedad como la glucosamina y el condroitín sulfato, que son componentes naturales del cartílago, y que ayudan a aliviar los síntomas de la artrosis no avanzada.
El especialista subraya: “Hasta el momento existe evidencia de que lo único realmente útil en el tratamiento de la artrosis, en sus primeras etapas, es la disminución del sobrepeso y la práctica de ejercicios sin impactos para fortalecer los grupos musculares involucrados en la articulación.
