El consumo prolongado de tabaco y los químicos relacionados, como el alquitrán y la nicotina, pueden aumentar el riesgo de muchos problemas de salud. Si bien el aparato respiratorio es el que se ve más afectado, los efectos dañinos en el organismo son múltiples.
En el ámbito cardiovascular existe un mayor riesgo de presentar un infarto, accidentes vasculares y obstrucción de arterias. “El fumador tiene 30 veces más riesgo de tener un cáncer pulmonar y 4 veces más riesgo de presentar un cáncer laríngeo que la población general. También son más propensos a desarrollar un cáncer de cuerdas vocales, boca, estómago, páncreas, vejiga, mama, útero y varios más”, afirma la Neumóloga de Clínica Ciudad del Mar, Mónica Gutiérrez.
Además el tabaco es causa de enfermedades de carácter urinario como son el cáncer renal y de vejiga, y es uno de los principales causantes de infertilidad, ya que provoca una disminución en la producción de espermios en los hombres. “También hay una mayor predisposición al cáncer uterino y mamario, hace que la menopausia se adelante en unos 3 o 4 años y cuando además del tabaco, la mujer toma pastillas anticonceptivas, hay un riesgo 20 veces mayor de que pueda sufrir un infarto”, afirma la especialista.
Para concluir, la Dra. Gutiérrez sostiene que el riesgo para la salud es acumulativo, y por lo tanto cada nuevo año que una persona persista en el vicio, más daño sufrirá.
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