Generalmente, esta neoplasia se presenta de manera asintomática en hombres sobre los 50 años. Por ello, es fundamental un diagnóstico precoz para ofrecer tratamientos oportunos.
El cáncer de próstata es el cáncer con mayor prevalencia mundial en hombres mayores de 50 años. En Chile es el tumor maligno más frecuente y mortal, incluso superando al cáncer de mama. Se desarrolla debido al crecimiento y multiplicación anormal de células en la glándula prostática. Algunas de estas se pueden desprender y viajar por el organismo, provocando metástasis.
Suele aparecer en estadios iniciales sin generar síntomas y es de lenta evolución. Por ello, en este Mes de la Prevención contra el Cáncer de Próstata, el llamado es a que los hombres se realicen un control anual, a partir de los 50 años o desde los 40 si es que tienen antecedentes familiares.
Los principales factores de riesgo son la edad, tener padre o hermano con cáncer prostático y/o pertenecer a la raza afroamericana. “Actualmente se conoce que existe mayor susceptibilidad de aparición de esta enfermedad si es que hay alguna mutación genética ligada al gen BRCA en alguna mujer de la familia, es decir, que tengan cáncer de mama hereditario, como lo fue el controvertido caso de Angelina Jolie”, comenta el Dr. Cristóbal Mülchi, urólogo de Clínica Ciudad del Mar.
En casos más avanzados se pueden detectar síntomas, algunos de estos son:
Para el diagnóstico, el paciente debe ser evaluado por un urólogo. El especialista solicitará una prueba de sangre llamada Antígeno Prostático Específico (APE) y realizará un examen físico por tacto rectal. Después, podría requerir estudios más avanzados como una resonancia magnética o una biopsia prostática.
El doctor Mülchi comenta que los últimos estudios demuestran que, en países en vías de desarrollo, como en Chile, entre un 20% y 30% de los casos se diagnostican en estadios avanzados o metastásicos, lo que dificulta la recuperación. En tanto, en naciones más desarrolladas solo entre un 4% y un 5% de los pacientes llega en esa etapa.
“El diagnóstico precoz es fundamental, pues si detectamos antes el cáncer vamos a poder realizar tratamientos más oportunos y, por lo tanto, proponerle al paciente una mejor sobrevida”, finaliza el especialista.