Descubre si eres de los que padece estrés de fin de año

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Llegó la última semana del año, cuenta regresiva para terminar el 2016, época de balances y término de ciclos, donde aumentan las preocupaciones y compromisos, además de la preparación para las festividades. Según explica Karin Fuchs, psicóloga de Clínica Ciudad del Mar, las personas están con una carga de responsabilidades mayor, lo que puede provocar el conocido “estrés de fin de año”.

Navidad, Año Nuevo, informes, ceremonias, la inminencia de las vacaciones… enfrentarse a diciembre puede ser muy estresante, pues el nivel de actividades, tanto en el trabajo como en el hogar, aumenta considerablemente. Así, es importante saber cómo enfrentarse a este periodo y no verse perjudicado en el camino.

El estrés se define como una conducta adaptativa del organismo frente a estresores del entorno, ya sea por situaciones familiares, laborales o sociales. Esta conducta puede darse durante todo el año según las condiciones que rodeen a cada persona. Sin embargo, “en épocas de muchos compromisos, como en el caso del mes de diciembre y el fin de año, esta condición se acentúa en las personas”, sostiene la especialista.

De la misma forma, hay una tendencia natural a hacer un balance del cumplimiento de metas, lo que genera una presión por rendir y un aumento de ansiedad, favoreciendo la aparición de temor a fracasar, sufrir o defraudar.

De qué manera afecta y cómo pasa el estrés

“El estrés afecta el estado de ánimo, y con frecuencia se tiende a estar más sensible e irritable”, indica la psicóloga, quien además agrega que es probable que se presente de manera sintomatológica física y emocional, ya que las personas tienden a estar más preocupadas y tensas, afectando el sueño.

Otro síntoma tiene que ver con la ansiedad ocasionada por el exceso de actividades, lo que podría traducirse en aumento en la ingesta de alimentos y alcohol.

El estrés comúnmente expresado a finales de año, es una respuesta esperada del organismo cuando aumentan los elementos externos, los cuales al desaparecer producen que el comportamiento de la persona sea el normal. No obstante, “si se prolongan estos factores, el cuerpo cae en un distrés o un agotamiento que puede venir acompañado de síntomas depresivos-ansiosos”, explica Karin Fuchs.

Este tipo de situaciones se pueden presentar en todas las personas, independiente de su edad. En niños por ejemplo “existen factores externos que pueden gatillar este estado emocional y físico, que están asociados a expectativas, exámenes, pasar de curso, exámenes, las notas, pasar de curso y expectativas”, enfatiza la psicóloga.

¿Cómo manejarlo?

La especialista de Clínica Ciudad del Mar recomienda que para controlar esta ansiedad e intranquilidad, se analicen los factores externos que están provocando el estrés y buscar soluciones para mejorar estos episodios.

“Al llegar a fin de año, es fundamental regular nuestras expectativas, es decir, trazarse metas realistas y proponerse submetas a corto plazo que se puedan ir cumpliendo, tomando en cuenta nuestras habilidades, recursos y posibilidades. Además, es importante priorizar las actividades y alternarlas con otras de carácter recreativo y siempre valorar cuando se alcanza un logro o se cumple uno de los propósitos de fin de año”, manifiesta la psicóloga.

Recomendaciones

La psicóloga Karin Fuchs entrega una serie de consejos para evitar que ocurran este tipo de episodios y de esta forma, poder disfrutar tranquilamente de las actividades de fin de año:

  • Tener una alimentación saludable y favorecer el descanso nocturno.
  • Respetar horarios habituales, no sobre exigir al organismo y maximizar horas de trabajo en calidad no en cantidad.
  • Incorporar momentos de descanso durante el día. Utilizar los fines de semana para descansar y desconectarse de la rutina.
  • Realizar deporte y tener momentos de esparcimiento, que se relacionan con la secreción de endorfinas y producción de adrenalina, que ayudan a estabilizar el ánimo, activar el sistema inmune, alivia la tensión muscular, favorecen la oxigenación y facilita el sueño.
  • Priorizar, delegar, dejarse ayudar, aprender a pedir, confiar y agradecer.
  • Evitar compararse y competir con otros. La percepción de injusticia y desventaja va en desmedro de la efectividad que se busca.
  • Centrase en el presente e ir valorando lo que se va haciendo y no lo queda por hacer.