Enfermedades de verano: Aprende a reconocerlas

Las vacaciones y el verano suelen ser sinónimos de descanso, diversión y tiempo en familia. Si bien nos preocupamos de cada detalle para que todo salga perfecto, existen situaciones que no siempre podemos pronosticar, pero si estamos preparados, evitaremos que se transformen en una pesadilla.

Existe un gran número de enfermedades y condiciones que se agudizan con las altas temperaturas. Éstas se conocen comúnmente como “enfermedades de verano” y si son tratadas correctamente, no significarán un problema mayor para la salud de nuestra familia.

El Dr. Hassan Escobar Díaz, urgenciólogo y Médico Coordinador de la Unidad de Urgencia de Clínica Ciudad del Mar, nos enseña a reconocer aquellas enfermedades comunes en verano para poder tratarlas a tiempo.

Enfermedades estomacales: Estas patologías son habituales en verano y suelen catalogarse como gastroenteritis, lo que da una aproximación clínica, pero no diagnóstica. Sus síntomas principales son diarrea, naúseas, vómitos, dolor abdominal (tipo cólico) y deshidratación. Este cuadro se produce debido a una intoxicación alimentaria e infecciones producto de bacterias y/o virus; ingesta de alimentos crudos o en descomposición; productos en mal estado y exceso de comida. Es importante considerar que las altas temperaturas propician la aparición de bacterias, así como también la descomposición de la comida. Para prevenir, debemos consumir alimentos frescos y en lugares higiénicos, además de evitar la ingesta de productos crudos y alimentos pesados de manera excesiva. Por otro lado, es fundamental lavar bien nuestras manos antes y después de ir al baño y de comer.

Enfermedades respiratorias: Dentro de las más comunes en verano, tenemos la faringitis, bronquitis y otitis (inflamación de oídos). Lo primero que debemos hacer, es evitar exponernos a cambios de temperatura drásticos, ya que producen una congestión en nuestras vías respiratorias. Además, si decidimos nadar en el mar o piscinas, debemos utilizar los medios protectores adecuados.

Enfermedades de la piel: Las quemaduras solares suelen ser bastante comunes en época de verano, esto se debe a la exposición prolongada al sol y/o ausencia de protectores para nuestra piel. Otra de las patologías frecuentes en esta época, es la micosis, producida por un hongo que se adhiere a la piel. Para evitar cualquier complicación, debemos evitar exponernos al sol entre las 12 y las 16:00 horas, además de la utilización de un bloqueador idóneo para nuestra piel, mientras que los niños menores de 6 meses no pueden utilizar protector solar ni ser expuestos al sol. Otro punto importante, es mantener una piel seca y limpia, para no favorecer la presencia de hongos.

Picaduras de insectos: Las picaduras de insectos suelen ser recurrentes en temporada estival. Éstas provocan inflamación, picazón, enrojecimiento y/o dolor en la zona afectada. La mayoría de las veces la reacción desaparece en 48 horas. No obstante, hay personas que presentan cuadros severos acompañados, por ejemplo, de dificultad para respirar. La picadura de insecto más común en nuestra región, es la de zancudo (culex pipiens), ésta suele producir infección en la piel producto del rasquido secundario, permitiendo el ingreso de bacterias. Si existe un aumento importante de volumen y dolor, se recomienda acudir a un centro médico para su evaluación.

Es importante señalar que antes de viajar, debemos ubicar en un mapa el centro asistencial más cercano para acudir en caso de emergencia, además de conocer con antelación geografía del lugar, condiciones sanitarias y clima. Si nos encontramos alejados, debemos contar con un botiquín que posea los implementos necesarios para entregar una primera respuesta y en caso de tener una enfermedad crónica, considerar llevar con nosotros un 25% más de la dosis de nuestro medicamento habitual.   

Finalmente, el Dr. Escobar explica que los botiquines se clasifican según el nivel de complejidad para lo que están diseñados. Para viajeros estándar, se recomienda un botiquín básico que debe contemplar algodón; gasas estériles; tela adhesiva; tijeras (de preferencia punta roma); termómetro; vendas; suero fisiológico (para lavado de heridas); antiinflamatorios (considerando las alergias farmacológicas); antialérgicos (antihistamínicos) y antidiarreicos reconstituyentes de la flora intestinal.