Reemplazo Articular: Podemos recuperar el movimiento sin dolor

Cartilage

Cada vez es más frecuente conocer vivencias de  personas que se han realizado un reemplazo articular, el más común es la prótesis de cadera en adultos mayores. Sin embargo, como consecuencia de accidentes, por lesiones u otras enfermedades, puede producirse el desgaste del cartílago incluso a edades tempranas.

El avance en la destrucción articular, que se conoce como artrosis, trae como consecuencias; el dolor, la rigidez e incluso pérdida de independencia. Uno de los grandes avances de la medicina moderna es la utilización de prótesis articulares, ya por décadas se han realizado estos procedimientos en cadera y rodilla. Actualmente esta cirugía puede realizarse además en otras articulaciones como el hombro, el codo, la muñeca, el tobillo e incluso en articulaciones pequeñas como las interfalángicas de los dedos. El traumatólogo de Clínica Ciudad del Mar, Doctor Harold Reid, explica que esta intervención consiste en reemplazar las carillas articulares defectuosas por implantes artificiales que permiten recuperar la función de la articulación.

El especialista detalla que es el médico quien debe indicar y recomendar esta cirugía, siendo el mejor momento cuando la realización de esta intervención va a repercutir en forma importante en la recuperación de su calidad de vida. Superando con creces los riesgos de la operación. Entre estas intervenciones, destaca el  reemplazo de hombro, que a diferencia de otras prótesis, tiene una mayor complejidad debido que el implante puede variar de acuerdo a la presencia o no de tendones del manguito rotador. Las indicaciones de este procedimiento son la artrosis primaria, artrosis, por déficit de mango rotador y en algunas fracturas complejas, en las que no es posible la osteosíntesis.

El punto más importante en esta cirugía es lograr una adecuada congruencia articular. Por ello los implantes deben ser colocados siguiendo patrones de rotación y altura, que aseguren una buena función posterior y con bajo riesgo de complicaciones. Para lograr esto, debe ser realizada por un traumatólogo con experiencia y con una técnica quirúrgica adecuada. En el caso de la prótesis total se coloca un vástago en el húmero, que sujeta la cabeza y un implante de polietileno que reemplaza a la cavidad glenoidea.

En los pacientes en los que no está presente el mango rotador, que es el grupo de tendones que inicia los movimientos del hombro, se utiliza la prótesis reversa. Esto permite que este “nuevo hombro” tenga movimiento a través de la fuerza de músculo deltoides. Sin esta técnica la articulación quedaría sin función. A diferencia de las prótesis de cadera o rodilla, que están sometidas a carga, el implante de hombro es mucho más dependiente del balance muscular, lo que le significa una recuperación más lenta y requiere un compromiso del paciente cumpliendo las distintas etapas en su rehabilitación y trabajando en conjunto al médico, el paciente y el rehabilitador. Logrando la recuperación en un promedio de tiempo de a lo menos cuatro meses.

Estos avances en la traumatología moderna, que han permitido el reemplazo articular, logran no solo recuperar la función de éstas, sino que además las secuelas de accidentes, enfermedades o el paso del tiempo pueden superarse, permitiendo que podamos vivir en mejores condiciones, sin dolor y con altos estándares de calidad de vida.