Patologías Traumáticas

Fracturas

 

Existen 4 tipos de fracturas alrededor de la rodilla que provocan gran discapacidad entre ellas:

•Fractura de cóndilos 

•Fractura de rótula

•Fractura de platillos tibiales

•Fractura supracondilea (extra articular)

Fracturas de cóndilos:

El extremo distal del fémur se encuentra compuesto por dos semi esferas que articulan con la tibia y permiten los movimientos de flexión y extensión de la rodilla. Estas estructuras son llamadas cóndilos y se unen al resto del fémur por una zona llamada metáfisis.

Las fracturas de esta área dan cuenta, aproximadamente, que un 10% ocurren en el fémur. Estas pueden estar en la región de los cóndilos o sobre estas, llamas fracturas a supracondileas. Ambas, habitualmente suceden en incidentes de alta energía en el contexto de accidentes automovilísticos, con lesiones en órganos vitales y otras fracturas asociadas. En el adulto mayor también es posible ver estas fracturas, especialmente, la supracondíleas en relación a osteoporosis, asociada en accidente doméstico de baja energía.

La fractura de los cóndilos pueden ser articulares si pasa exactamente por la superficie articular, o bien, extra articulares. En algunos casos puede involucrar la fractura de ambos cóndilos divididos por una, denominada intercondílea.

Fracturas de platillos tibiales:

Ocurre en el tercio proximal articular de la tibia y puede significar una gran discapacidad, ya que, es el lugar donde se articula en forma perfecta la tibia con el fémur, por lo tanto, la incapacidad de lograr una restauración de la anatomía normal provocará, a largo plazo, pérdida de la función articular con déficit de flexión o deformidades angulares, sumado a dolor secundario a artrosis.

La principal causa son las lesiones de alta energía provocadas por accidentes automovilísticos o de mediana energía en prácticas deportivas Su mecanismo habitual es de un impacto tras caída de altura con la rodilla en semiflexión. Estas lesiones habitualmente se acompañan de daños en los meniscos cómo al igual en el ligamento cruzado.

La evaluación requiere necesariamente el uso de radiografías, escáner y resonancia magnética.

Fractura de rótula

La rótula es el hueso que se encuentra en la cara anterior de la rodilla y forma parte del aparato extensor que permite pasar de flexión a extensión. Está unida por su parte inferior al tendón rotuliano y en la zona superior al tendón del cuádriceps, ejerciendo un efecto multiplicador de las fuerzas  actuando como brazo de palanca.

La fractura de este hueso habitualmente ocurre por un mecanismo indirecto, es decir, por  la fuerza de tracción violenta del cuádriceps sobre la rótula. Un porcentaje menor ocurre por un golpe directo al caer sobre la rodilla o al golpearse con algún objeto contundente, provocando un quiebre en múltiples partes.

Fracturas supracondilea (extra articular):

Son de alta energía e incapacitantes, ya que, habitualmente son desplazadas en un sector donde existen elementos vasculares y nerviosos que requieren tratamiento quirúrgico mediante el uso de elementos de osteosíntesis, mediante placas y tornillos. El diagnóstico se comprueba usando radiografías y escáner. Son de consolidación prolongada y requieren una rehabilitación esmerada con descarga usando bastones.

Tratamiento:

  • •Fractura de cóndilos:

Para este problema son habitualmente de tipo quirúrgico, con el advenimiento de nuevas técnicas usando tornillos, placas y clavos, lo que ha permitido una excelente estabilidad y reducción de fragmentos óseos. Como toda fractura articular requiere un período de rehabilitación con ejercicios de fortalecimiento de cuádriceps y de rango articular, usando descarga con bastones.

  • •Fractura platillos tibiales:

Para lesiones con mínimo desplazamiento articular, es posible el empleo de tratamiento conservador mediante la inmovilización y  un proceso de rehabilitación.

En aquellas más complejas, se requiere de tratamiento quirúrgico mediante el empleo de placas, tornillos y reparación de las estructuras blandas como meniscos o ligamento cruzado anterior. Parte de su tratamiento consiste en realizar una reconstrucción de los elementos fracturados en forma anatómica, para procurar una función articular suave y sin resaltes para evitar los procesos de rigidez y artrosis de la rodilla.

El especialista evaluará cada caso en forma específica para entregar el mejor tratamiento de estas fracturas, que puede incluso requerir varias incisiones para la colocación de placas en los lugares ideales para dar estabilidad a la fractura.

La rehabilitación es fundamental en el postoperatorio y puede tomar varios meses.

  • •Fractura rótula:

La terapia dependerá si la fractura es desplazada (fragmentos fuera de su lugar anatómico) o no.

En los casos en que existe desplazamiento, se requiere un tratamiento quirúrgico, para colocar los fragmentos en su lugar.

Cuando existe una fractura sin desplazamiento, es posible una terapia conservadora mediante el uso de inmovilización.

Después de cada tratamiento, se requiere un período de rehabilitación prolongado para aumentar el rango articular y la fuerza del cuádriceps. Como toda fractura articular el pronóstico a largo plazo dependerá de la reducción de los fragmentos de fractura (poner los fragmentos en su lugar anatómico), ya que la imposibilidad de poder dejar una superficie articular pareja, conlleva la aparición de artrosis a mediano y a largo plazo con la pérdida de función articular, provocando dolor.