Preservativos inteligentes: “Los colores que podrían salvar nuestras vidas”

Attractive young adult couple sitting close on hardwood floor in home smiling and laughing.

Cambian de tono en el momento del acto sexual, avisando si existe presencia de una enfermedad venérea.

Se trata de un descubrimiento británico que en Chile es visto con buenos ojos por el urólogo Claudio Fuentes, de Clínica Ciudad del Mar, quien entrega su opinión.

Es una noticia que ha recorrido el mundo. Sin lugar a dudas llama la atención, sobre todo por la utilidad que procura en la prevención de enfermedades sexuales; y aunque el condón ha sido vinculado mayoritariamente a la prevención del embarazo no deseado y de la transmisión del temido VIH, también es un elemento importante que evita la transmisión de otras enfermedades.

Según datos proporcionados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), el uso constante de preservativos da como resultado una reducción del 80% en la incidencia del VIH. Pero gracias al descubrimiento de un grupo de jóvenes en Inglaterra, hoy también es posible identificar enfermedades como la clamidia, el herpes, la sífilis y el papiloma humano, en forma efectiva pero poco usual, elemento que ha llamado la atención de los medios en el mundo.

Se trata del más que conocido preservativo o condón, que gracias a la iniciativa de estos estudiantes británicos de la Academia Isaac Newton, podría cambiar la forma en que las parejas en el mundo se relacionan sexualmente, gracias al primer preservativo que identifica enfermedades de transmisión sexual (ETS) cambiando de color.

Realidad o ficción

Desde Chile el desarrollo de la noticia es seguido con atención por los expertos. Este es el caso del urólogo de Clínica Ciudad del Mar Dr. Claudio Fuentes, quien no solo avala este tipo de métodos, sino también, desde el punto de vista clínico, ratifica la veracidad y efectividad del descubrimiento, que tiene un precedente en la práctica de exámenes orientados a identificar la presencia de enfermedades sexuales en humanos.

“Es posible – señala el urólogo – desde el punto de vista técnico desarrollar este avance, dado que en la actualidad las muestras obtenidas de secreción vaginal o uretral, y que se utilizan para la detección de estas enfermedades, pueden ser analizadas con técnicas de inmunología”, afirma, por lo que solo bastaría desarrollar una reacción secundaria que permita dar coloración a la superficie del preservativo al mantener una relación sexual.
El invento, a cargo de tres jóvenes de 13 y 14 años, se transformó en la idea ganadora del prestigioso concurso de innovación “TeenTech”, que desde 2008 invita a más de 300 alumnos de entre 30 y 50 escuelas de todo el Reino Unido a presentar sus ideas innovadoras.

¿Pero qué hay de cierto sobre su efectividad? Esta es la pregunta que todo el mundo se hace, incógnita a la que el Dr. Fuentes da respuesta. “Este tipo de dispositivos sería recomendable por sobre preservativos tradicionales, dado que sumaría elementos a la prevención de embarazos y ETS, sobre todo a la detección precoz de estas patología. Pero su efectividad aún no ha sido respaldada por literatura médica internacional”, precisa.

Prevalencia de sífilis en Chile
Según declaraciones dadas por los jóvenes inventores a The Washington Post, “el condón llevaría unos anticuerpos que interactuarían con los antígenos de la ETS y cambiaría de color según la enfermedad. Por ejemplo, si el condón se expone a un cuerpo que sufre clamidia, el condón se volvería verde; si tiene herpes, amarillo; si se trata de papiloma humano, morado y si hablamos de sífilis, azul”.

Esta última enfermedad es una de las más frecuentes entre los chilenos que padecen de una ETS. Según el sondeo titulado “Situación de las enfermedades de notificación obligatoria”, difundido por el Ministerio de Salud, en nuestro país las tasas de incidencia de sífilis para los años 2000 y 2005 fueron 23,9 y 17,4 por 100.000 habitantes, respectivamente.

Antecedentes publicados por el propio Minsal, también señalan que en el período 2004-2010, se observa una relativa estabilización de las tasas siendo inferiores a 20,0 por cien mil habitantes. La incidencia más baja fue en el año 2005, (17,4 por cien mil habitantes.). El año 2011 la tasa presenta un ascenso sostenido hasta alcanzar 25,0 por cien mil chilenos y chilenas en el año 2012. En este mismo período, las tasas de mortalidad se mantienen relativamente estables entre 0,02 y 0,04 por cada cien mil habitantes.

Ante estos índices, el Dr. Claudio Fuentes, señala la importancia de observar descubrimientos como el condón inteligente con optimismo, sin dejar los métodos tradicionales de lado, ya que este tipo de adelantos viene a complementar las metodologías que se aplican frecuentemente en el diagnóstico de ETS.

“En la actualidad – señala – se cuenta con un test diagnostico altamente específico y selectivo para la detección de estas patologías, extensamente probados. Es más recomendable su uso hasta que la efectividad de este método este estandarizada”, recomienda.