“Este malestar sí se puede solucionar, ya no hay que vivir con esta enfermedad toda la vida”

Carmen Gloria Lizardi, de 49 años, optó por una cirugía del sueño para resolver su problema de ronquidos.

A Carmen Gloria siempre le habían mencionado que su sueño era un tanto ruidoso, lo que se traducía en que no podía dormir bien y estaba cansada. A pesar de tomar mucha agua, su boca se secaba, despertaba y se levantaba muchas veces al baño. Para ella era normal, hasta que comenzó a notar que esta situación estaba afectando su calidad de vida. 

“Me fui dando cuenta de que esto no solo afectaba a las personas que tenía cerca, sino que realmente estaba pasando a ser algo muy molesto. Un día mi pareja me comentó que estaba roncando muy fuerte, que quizás podría ser un problema, fue entonces cuando decidí consultar con un profesional y vi un aviso de Clínica Ciudad del Mar sobre trastornos del sueño, por lo que agendé una consulta con el Dr. Cristian Bachelet”, señala. 

El Dr. Bachelet, otorrinolaringólogo de Clínica Ciudad del Mar, explica: “Para ayudar a Carmen Gloria, le realizamos una cirugía multinivel que involucró modificaciones en varios sitios de tejidos blandos como nariz, amígdalas, paladar y lengua, con resultados muy satisfactorios. Para asegurar el éxito de esta intervención, es fundamental la adecuada selección de las técnicas quirúrgicas a realizar en cada caso. Para ello, el análisis minucioso e integral de la vía aérea superior por un especialista en cirugía del sueño, es muy importante”.

Finalmente, fue intervenida el 3 de noviembre pasado. Carmen Gloria menciona que el doctor le explicó todo el procedimiento detalladamente: el nivel de dolor que tendría, la cantidad de medicamentos que debía tomar y los cuidados postoperatorios. Cuenta que el equipo de la clínica la atendió muy bien y, cuando despertó, la controlaban continuamente, además fue mejorando gracias a las terapias con fonoaudiólogo y kinesiólogos.

“Estuve algunos días sin poder hablar, ya que era una de las especificaciones del cuidado después de la operación, además de no hacer fuerza. También, comía helado y tomaba jugos, porque todo tenía que estar cocido y pasado como papilla en cantidades muy pequeñas. Seguí teniendo controles en el Centro Médico Bosques y, después de 7 días, el doctor me sacó los tubos protectores que me había instalado en la nariz y pude respirar sumamente bien. Después de la cirugía puedo sentir cómo entra el aire directamente hacia mi garganta”, comenta.

Finalmente, agrega: “Han pasado 4 meses desde que me operé y el cambio de vida ha sido inmenso. Es un triunfo para mí poder quedarme dormida en la noche y despertar cuando está claro. Me había acostumbrado a lidiar con esta condición sin darme cuenta de que me estaba afectando mucho. Estoy muy feliz y lo más importante es que me siento sana. Este problema sí se puede solucionar, ya no hay que vivir con esta enfermedad toda la vida”.